lunes, 17 de diciembre de 2012

DÍA 146: (Mi Tiempo)

Toda mi vida he tenido un enorme respeto hacia la gestión de El Tiempo, propio y ajeno.

La vida consiste precisamente en eso, en cómo se va viviendo, avanzando, recorriendo el camino a través de El Tiempo... Él no espera a que nos recompongamos de una caída, a que terminemos de reír o de llorar, a que despertemos, a que comencemos a soñar, a que planifiquemos erróneamente o a que, por casualidad o destino, topemos con una oportunidad en el momento preciso en el que estábamos preparados para verla venir, llegar y aprovecharla. El Tiempo no nos espera, él camina solo y constante, es un alma independiente y autogobernada... un totalitarismo, como lo suelen ser casi todos, egoísta y desligado.

Curiosamente el lugar en el que ahora vivo es un sitio donde El Tiempo, muchas veces, parece que se congela, en parte ésto es promovido por el hecho de que no existen estaciones climáticamente diferenciadas, no hay cambios de temperatura significativos que nos marquen el devenir de los días... lo único que nos hace mirar el calendario y tomar conciencia son las festividades y celebraciones... ellas nos dicen en qué momento nos encontramos. 

Sin embargo, lo que más me preocupa y a lo que creo que jamás me terminaré de adaptar, es al poco valor que se le da a El Tiempo, propio y ajeno. Aquí El Tiempo tiene otra medida absolutamente inestable, el reloj, las horas cuantificadas y los minutos matemáticos son pura utopía de manual de escuela, la realidad es otra totalmente opuesta.

Quizás esa ausencia de épocas estacionales provoque que se genere una sensación similar a la de vivir en un plano espacio-temporal congelado en la línea de la vida, donde, a no ser que un suceso importante haga a la persona recapacitar sobre la importancia y volatilidad de la existencia, en caso contrario se vive como si el mañana fuera un derecho, una realidad objetiva, una exigencia y una cinta de Möbius donde no hay principio ni final, donde se tiene la seguridad de que siempre habrá un mañana... donde se desperdician minutos y días, propios y ajenos, con preocupante desconsideración e irresponsabilidad.

http://puertaalatragicomedia.blogspot.com/2009/12/tiempo-congelado.html

Irónicamente es precisamente en este lugar, en el que parece que El Tiempo no pasa y no se valora en su justa medida, donde quien esto escribe más está aprendiendo a valorar la importancia de cada movimiento de la manecilla del reloj. Siempre he sido consciente de la ligereza con la que El Tiempo nos envuelve y nos empuja hacia delante, pero hasta el momento es aquí donde se ha hecho más evidente mi responsabilidad para/con con Él. Ya sea por el volumen de responsabilidades laborales y personales que me han abrumado en los últimos meses, ya sea por el reto que ha supuesto mi cambio de vida, ya sea por el choque cultural en el que me encuentro envuelta en cuanto a la valoración de El Tiempo... sea por lo que sea, es en este pequeño gran pedazo de tierra isleña del Caribe donde maduro mi compromiso y sensatez con el aprovechamiento de El Tiempo, propio y ajeno.

La vida no tiene marcha atrás, no tiene botón de rebobinar, no hay segundas oportunidades, no espera a que estemos preparados para actuar... por todo esto y por mucho más considero que es enormemente importante tomar conciencia de ello y cuidar con máximo esmero El Tiempo... propio y ajeno.

Es el don más preciado que tenemos, tener Tiempo significa estar vivo y estar vivo significa disponer ante nosotros de un Tiempo repleto de logros, aprendizajes, éxitos y crecimiento.

Por eso debemos aprender y mejorar de manera continua la gestión que hacemos de nuestro Tiempo y del de los demás...por eso a veces es recomendable crearnos paréntesis en los que detener nuestras preocupaciones, nuestras agendas, nuestras cargas... para priorizar y evitar caer en las redes de una mala gestión del tiempo sin marcha atrás.

Yo sigo, cada día, fortaleciendo mi compromiso con la gestión de El Tiempo, de hecho este Blog, esta pequeña gran ventana que fue abierta allá por el mes de Julio a pocos días de que las vacaciones finalizaran, es resultado de un paréntesis priorizante... y, personalmente, creo que fue una de las decisiones más positivas que he podido tomar en estos últimos meses... a pesar de que haya venido acompañada de muchas posteriores (y actuales) necesidades de reajustes del reloj, pero al fin y al cabo en eso va consistiendo la vida, ¿no?... en ajustar los Tiempos, propios y ajenos, en base a nuestras prioridades vitales pasadas, presentes y futuras.
http://simplementegla.blogspot.com/2011/12/un-parentesis.html

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2 comentarios:

Oliver dijo...

Totalmente de acuerdo con lo que has escrito, la vida es demasiado importante como para que desperdiciemos nuestro preciado tiempo (y el de los demás) en cosas que no nos producen ningún beneficio ni nos sirve para mejorar como personas o para que podamos conseguir nuestros sueños o metas.

Tener un tiempo para descansar y recuperar nuestras fuerza así como para sociabilizar es muy importante para nuestro bienestar, pero gastar horas y horas sin hacer nada provechoso desperdiciando un valioso tiempo que de otra forma estaría disponible para actividades más significativas es malentender el significado de la vida (creo que esto lo he escrito en un artículo de mi blog) y si lo pensamos de cerca podríamos preguntarnos ¿Qué podríamos haber conseguido y hubiéramos aprovechado ese tiempo perdido con más sabiduría?

Por lo tanto tienes razón en lo que escribes al principio, debemos respetar nuestro tiempo (ya que es irrecuperable) y el de lo demás, pero igualmente tampoco podemos permitir que otros también nos hagan perder nuestro tiempo.

Por cierto, muy buen blog.

Un saludo!!

Oliver

Docecuarentaycinco dijo...

¡Hola Oliver! Que sorpresa más agradable.

Gracias por tu reflexión, por tu visita y por tu maravilloso comentario, acertado y en línea con mi posición vital.

Me alegra muchisimo ver que te gusta lo que ves al asomarte por mi ventana, veo que es compartido con lo que veo al asomarme yo por la tuya.

Un abrazo enorme, intuyo que vamos a compartir palabras más de una vez ;).

¡Feliz noche!